PROPIOCEPCIÓN

La propiocepción es el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos, es la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas. La propiocepción regula la dirección y rango de movimiento, permite reacciones y respuestas automáticas, interviene en el desarrollo del esquema corporal y en la relación de éste con el espacio, sustentando la acción motora planificada. Otras funciones en las que actúa con más autonomía son el control del equilibrio, la coordinación de ambos lados del cuerpo, el mantenimiento del nivel de alerta del sistema nervioso y la influencia en el desarrollo emocional y del comportamiento.

  • Trabajo y potenciación de la propiocepción.
  • Control postural. Produce mejoras en el equilibrio corporal, en el balance de los músculos y en la estabilidad del core, lo cual ayuda a evitar molestias provocadas por las posturas incorrectas del día a día. La mejora de la postura provoca que todos los músculos trabajen de manera más equilibrada.
  • Mejoras en flexibilidad, agilidad y coordinación.
  • Mejora de la condición física. Fortalecimiento de diversas zonas como abdomen, rodilla, tobillo, pies, glúteos o espalda. Se consigue fuerza y resistencia, además de pérdida de peso.
  • Prevención de lesiones gracias al fortalecimiento anteriormente reseñado. También rehabilitación, «corrigiendo» las secuelas que hayan podido ocasionar las mismas en aspectos como fuerza, equilibrio o propiocepción.

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